oy estoy especialmente feliz de compartir esta historia con todos ustedes, mis queridos lectores y seguidores.
Por mantener su anonimato, no pondremos su nombre, ya que se hace mención a terceras personas.
Pero no duden, ni por un momento…. de que es una historia REAL
El verano de 1994, en París, nació nuestra protagonista: C.S. Sus padres no podían estar más felices. Su primera hija.

Cuando tenía 3 años, la familia se amplió. P.S., su hermano, nació sano y fuerte. Pero sus padres, que eran unos valientes, se embarcaron en una auténtica aventura, y decidieron trasladarse a Málaga en busca de una mejora laboral y familiar.

Sólo tenía 8 años.
Y aún así, al poco tiempo, después de asentarse en esta ciudad, llegó la pequeña S.S. para completar la familia. La felicidad, la esperanza, las ilusiones,… se renovaron.
Si es complicado empezar de cero, cuando lo haces en un país con una lengua extranjera, y con niños, cuando menos es un salto de vértigo que demuestra una gran capacidad de adaptación.
Pero la vida, como en los cuentos, no siempre todo es felicidad. Y así pasó que cuando C.S. tenía 10 años, fue su tío quien arruinó económicamente a su familia y los dejó desamparados. Sin embargo, su padre no se dio por vencido y encontró una nueva oportunidad en otro lugar.
Gran Canaria: Empieza una nueva aventura.

Sus padres encuentran trabajo, la familia se refuerza y todo vuelve a la normalidad, nuevos retos, nuevo colegio, nuevos amigos.
Y cuando al fin logran estabilidad, una semana antes de cumplir 16 años, la madre de C.S. enfermó, cayó en un profundo coma del que nunca volvería a despertar.

Esto marcaría un antes y un después en su vida. En una edad complicada y donde necesitas profundamente a una madre.
Tuvieron que buscar ayuda y así contrataron a una persona que cuidase de su madre en casa mientras ella y sus hermanos iban al colegio, y su padre iba a trabajar.
Hasta que al fin consiguieron la cuidadora definitiva: Se llamaba O., que se vino con su hija menor de edad, D.
Todos intentaron adaptarse por el bien de su madre. Con la esperanza de que se recuperara y saliera del coma algún día.
Lo que C.S no se esperaba es que un año después de lo ocurrido, su padre acabaría enamorándose de O.- la cuidadora-.
Una realidad muy dura de asimilar para una chica de su edad, con su madre enferma en la misma casa, ajena por completo a lo que estaba sucediendo.
Y no pudo ni quiso aceptar esa relación. Hecho que derivó en el alejamiento de su padre. Su relación se deterioró. Su padre no quería ceder, y C.S. no podía asimilar que su padre estuviera rehaciendo su vida en la casa familiar con una mujer que venía a cuidar de su madre y no a dejarla en el olvido.
El desenlace fue brutal.
Su padre le pidió que abandonase la casa familiar.
Decidió que ella era una mala influencia para las menores que vivían allí.
Brutal.
Menos mal que tenía amigos. Tuvo que combinar trabajar, estudiar, trabajar y más trabajar. Su padre le pasaba algo de dinero, pero apenas le alcanzaba para pagar la mitad de un alquiler.
Aprendió pronto lo que era el trabajo duro, el sacrificio, el esfuerzo.
Tuvo momentos muy complicados. Aceptar cualquier trabajo para pagar un alquiler, seguir estudiando. No dejó escapar ninguna oportunidad.
¿Cuáles son los grandes valores y capacidades que la ayudaron a salir adelante?
- Levantarse aún cuando no tenía fuerzas
- Aceptar cualquier trabajo antes de quedarse de brazos cruzados
- No menospreciar a nada ni nadie
- No regodearse en autolamentaciones
- Rodearse de buenas personas
Mensaje personal que me ha transmitido directamente C.S. para este post:
“Creo que no soy nadie especial ni he hecho ningún esfuerzo mayor que otros. La vida también me ha regalado muchas cosas”.
¿Saben qué ocurre realmente?

Que la vida es generosa con las personas que lo son.
C.S. ha recibido ayuda de personas que han pasado por su vida, pero porque ella es generosa, no tiene miedo de pedir ayuda cuando la necesita, y da en la misma proporción o más de lo que recibe. Porque ha sido fuerte con una capacidad de resilencia superior a lo normal. Y porque no prejuzga, evalúa las oportunidades antes de descartarlas.
Evita el NO para darle la fuerza justa al SI.
Ysu historia, es una muestra de generosidad. Era una niña cuando se vio en la calle. Hoy en día es una mujer, preciosa, valiente, fuerte… y sí, tiene momentos en los que desea llorar, y lo hace. Pero se seca las lágrimas. Mira hacia el frente y se queda con lo bueno que sí le ha aportado la vida y las personas que ella ha elegido para compartir su camino.
Y… para los que se lo estén preguntando…
Pues sí, ha retomado el contacto con su familia. Quiere y protege a sus hermanos, como ellos lo hacen por ella… Y con su padre, bueno, la vida nos enseña a perdonar, a entender, aunque no compartamos la misma opinión ni estemos de acuerdo con las decisiones tomadas.
Su madre sigue aquí. Sigue igual. A ella, con el permiso de todos, voy a dedicar este post. Ella es la otra valiente de esta historia. ¡Ojalá pudiera ver su aportación en la vida de su hija, y a lo que ha llegado!
Fuente: Melanie Castellano y C.S. en primera persona. ¡Gracias compañeras!